La hora del agua

Cuando estoy en la piscina no controlo el tiempo. Sé que llega la hora salir cuando veo a los niños alinearse junto a la pared del vestuario en espera de que sus mamás y papás vengan a recogerlos. Pero alguna vez he tenido la necesidad de saber la hora y no he tenido más remedio que preguntarla porque no tengo reloj acuático. El jueves pasado quería salir de la piscina un cuarto de hora antes para meterme en el jacuzi. Pensé "ya podrían poner un reloj en el recinto un poco más cerca que aquel de la pared más alejada del agua" ése que por la miopía no alcanzo a ver. Et voila. Ahí estaba y había estado todo este tiempo, un reloj en la pared de los vestuarios (sí, junto a donde los niños hacen cola). En ese momento se me pasó por la cabeza las dos veces que he preguntado la hora, qué vergüenza. Qué despiste.
El jacuzi muy bien, me colé descaradamente ya que no lo estoy pagando, pero sólo fue un poquito y además a recomendación de uno de los monitores. Supongo que lo volveré a hacer, es muy relajante.

Más agua

Vaya coñazo de gafas para la piscina! Deben de venirme grandes o no tengo la suficiente práctica para ponérmelas porque se me llena de agua el ojo derecho, es que no se me ajusta bien a la cuenca. El caso es que entre lucha y lucha contra las gafas gafes (qué malo!) se me pasó el tiempo más rápido.
Maltus, qué bien, pues apúntate al club ciclista JPII!!

Agua

El martes empecé a ir a la piscina del INACUA. Hace siglo y medio que mi hermana (que es muy lista y muy guapa y además es fisioterapeuta) y mi madre (a la que por supuesto también quiero mucho) me instan a que me apunte porque es lo más recomendable para moverme un poco. Como es verdad que necesito moverme un poco (demasiadas actividades sedentarias) y es lo mejor para mi espalda, pues me apunté.
Me compré un gorrito de natación de tela y todo (los de goma son tirando a feíllos).
Está muy bien la piscina, es grande y a la hora que elegí no hay mucha gente. El agua está un poquitín más fría de lo que esperaba, pero es que a mí me gusta el agua caliente.
Hoy vuelvo a ir, pero esta vez provista de gafas también. Me resulta más entretenido bucear que nadar y sobre todo porque así veo por dónde voy, que es muy incómodo tener que ir tanteando a ver dónde está la separación de las calles y hasta se me enganchó la mano y me hice daño.
Además un amigo está allí de monitor de natación terapéutica y me dijo que me recomendaría algún ejercicio para la espalda.
Espero no cansarme de esta aventura inacuática como me cansé del gimnasio.